La consulta al pediatra debe de ser el primer paso a dar por los padres para asegurarse que la visión de sus hijos y su salud visual no presenta ningún tipo de problemas. Recordemos que la vista proporciona el 80% de la información que recibimos e influye en su sociabilidad y en el rendimiento escolar.

En el caso de que su pediatra detecte algún tipo de anomalía, bien sea un defecto refractivo – miopía, hipermetropía, astigmatismo – que pueden ser solucionados con el uso de gafas graduadas o de alguna patología, sugerirá a los padres que consulten con un oftalmólogo –  médico oculista.

El oftalmólogo estudiará el caso del niño: medirá su agudeza visual, comprobará la existencia o no de patologías y, en su caso emitirá una receta.

La receta puede ser un medicamento – por ejemplo, un determinado colirio en el caso de una infección – o unas gafas graduadas en el caso de detectar un defecto refractivo.

Las gafas graduadas se suministran en las ópticas por un óptico-optometrista debidamente titulado y colegiado que actúa como Director Técnico del establecimiento.